La creatividad no tiene límites.

La creatividad no tiene límites. Hablar de límites es poner el foco en una frontera, una barrera, una forma preestablecida de exclusión, un prejuicio. Por ello hablar de límite en una taller destinado a la creatividad no tiene sentido. Esa capacidad intuitiva casi mágica que tenemos todos los seres humanos se desarrolla de cualquier manera, no importa tener discapacidades o disfunsiones perceptivas, la creatividad aflora desde algún rincón de eso que llamamos alma. Al enfrentarnos por primera vez a impartir un taller de fotografía a personas con disfunsiones visuales, esos límites se manifestaron casi de manera automática. ¿Pero como vamos a dar un taller de fotografía para personas que casi no pueden ver?¿Les molestará que hablemos de sus problemas visuales?¿Cómo debemos tratarlos?¿Conseguiremos que hagan alguna imagen con la suficiente calidad?.... Nuestras preguntas fueron las que marcaron el límite. Solo nosotros (los que impartíamos el taller) éramos los constructor...